Tras nuestros días en la isla de Hvar, regresamos a Split en donde recogimos el coche y emprendimos camino hacia el Parque Nacional de Krka, al que llegamos en apenas una hora.
Visita del Parque Nacional de Krka
El área de la cuenca y el curso del río Krka fue proclamado Parque Nacional en 1985. Cuenta con una gran extensión, compuesta por siete grandes caídas de agua, más innumerables pequeñas cascadas, profundos cañones, islas, y otras formaciones naturales, así como un antiguo asentamiento romano, fortalezas medievales y monasterios. Además, podemos encontrar abundante flora y fauna, habiéndose documentado más de 1000 especies y subespecies vegetales.
De entre todos los elementos naturales de este parque, nosotros enfocamos la visita en Skradinski, una zona que se puede visitar durante todo el año, gracias a una red de senderos y pequeños puentes que permiten realizar un paseo muy agradable. Para visitar esa zona, aparcamos el coche cerca de la entrada de Lozovac, y caminamos por uno de los senderos habilitados, de unos 2 kilómetros de longitud. Skradinski constituye uno de los puntos fuerte del Parque Nacional de Krka; está formado por una serie de 17 cascadas que se extienden a lo largo de unos 500 metros, en los que al final del todo hay habilitada una zona para el baño, haciendo la visita mucho mas atractiva y divertida. Este lugar constituye uno de los paisajes naturales más populares de Croacia.
Hacía bastante calor, así que no dudamos en meternos en el agua, y disfrutar de aquella maravilla. Justo al lado había una zona con césped donde mucha gente tomaba el sol o aprovechaba para comer algo. Allí descansamos un rato, antes de completar el resto de ruta que nos faltaba.
A primera hora de la tarde, ya nos encontrábamos en el coche, dirección a la ciudad de Zadar, a la que llegamos en una hora. Allí nos quedaríamos en una guesthouse llamada «Andria», a un par de kilómetros de las murallas; comimos algo en un restaurante cercano que nos recomendó el dueño del alojamiento, y nos fuimos al centro para dar una vuelta; apenas teníamos unas horas para visitar la ciudad.
Los mejores monumentos de Zadar
El centro histórico de Zadar se encuentra en una pequeña península, rodeada por el puerto, a un lado, y el Adriático al otro. Antiguamente fue una ciudad fortificada, y en la actualidad aún quedan en pie varios tramos de esta antigua muralla, que fue levantada en diferentes épocas de la historia.
Dejamos el coche junto a la puerta Terraferma, y desde ahí comenzamos la visita. Atravesamos Siroka, avenida principal de tiendas y bares que cruza todo el casco antiguo, y caminamos por sus calles de piedras, viendo algunas de sus muchas iglesias, como la de Santa María, la de San Donato, situada al lado del Foro Romano, o la Catedral de Santa Anastasia. Frente a esta, habían restos de ruinas romanos.
Al final de la zona antigua, ya en el paseo marítimo, nos encontramos con dos de los mayores y recientes atractivos de la ciudad: el órgano marino y el saludo al sol.
El órgano marino se encuentra en unas gradas de mármol situadas frente al agua. Bajo estas gradas, que tienen numerosas ranuras y agujeros, existen unos tubos que con la acción de las olas del mar provocan sonidos. Lamentablemente durante esos días el órgano se encontraba bajo mantenimiento, por lo que no se escuchaba nada de nada. Hace unos años, y en una escapada express que hice a Zadar, si que tuve oportunidad de oír los sonidos que salían de esos orificios, y he de decir que es bastante original.
En cuanto al «saludo al sol«, se trata de un gran circulo de 22 metros de diámetro formado por 300 placas de vidrio que absorben durante el día la luz del sol durante el día y desprenden luces de diferentes colores cuando anochece. Representa la comunicación con la naturaleza mediante la luz. Alrededor del gran círculo, existen otros bastante más pequeños que recrean los planetas del sistema solar. Es una obra bastante futurista y que contrasta bastante con el resto del casco antiguo, aunque en pocos años se ha convertido en una de las atracciones más populares de la ciudad, siendo también uno de los mejores puntos para disfrutar de los bonitos atardeceres de Zadar. Además las fotos quedan bastante chulas 🙂
La tarde no nos dio para mucho tomas; cenamos algo rápido y nos volvimos a casa. Al día siguiente nos esperaban unos cuantos kilómetros de carretera…
Me encanto tu blog, realmente lugares de ensueño , espero algún día visitar esos mismos lugares a los que fueron, Saludos