La Isla de Pascua (Rapa Nui) ha sido uno de esos lugares que siempre hemos querido visitar. El misterio que rodea su cultura, los enigmas que envuelven a sus emblemáticos moais, y sus diversas leyendas, hacen de esta isla el destino soñado de cualquier viajero. Una isla ubicada en un lugar lejano, y muy remoto, con accesibilidad limitada ya que solo dos aeropuertos en todo el mundo operan vuelos hasta “el ombligo del mundo”, como también es conocida.
Aunque la isla es pequeña (tiene una extensión de 163km2, esto es aproximadamente el doble que Formentera) queríamos conocerla con tranquilidad, disfrutarla y vivirla, así que estuvimos una semana entera.
Volamos desde Tahití en un vuelo de la compañía Latam (la única que a día de hoy opera vuelos hasta aquí). Tras muchas horas en las que solo veíamos el inmenso océano, por fin divisamos un trocito de tierra al que nos aproximamos. Estábamos emocionados, a punto de aterrizar en uno de los lugares más remotos del planeta, un territorio que desde hacía años fantaseábamos con visitar…. y que estábamos a escasos minutos de pisar!
LLEGADA A ISLA DE PASCUA Y ALOJAMIENTO
Aterrizamos en el aeropuerto de Mativeri, y tras los pertinentes trámites de la llegada y recogida de equipaje, nos encontramos con Jimena, quien había venido a recogernos.
Jimena es la dueña del alojamiento donde nos alojaríamos los próximos días: Rangi Moana, que se encontraba a un par de kilómetros de Hanga Roa, capital de la isla y donde se concentra casi la totalidad de su población, (hasta el 95% de la población vive ahí) y la mayoría del alojamiento.
En Rangi Moana disfrutamos de una tranquilidad absoluta, ya que éramos muy pocos los que en ese momento nos alojábamos. El establecimiento contaba con varias cabañas totalmente equipadas, un gran jardín, y una piscina. Y un par de perritos que nos recibían cada vez que llegábamos, y a los que acabamos cogiendo bastante cariño.
PARQUE NACIONAL RAPANUI
Una de las primeras cosas que hay que hacer en Isla de Pascua es comprar la entrada que nos dará acceso a visitar los lugares más importante de la isla. Hablamos de las más grandes plataformas de moais, así como de volcanes, cerros y cuevas; todos ellos lugares declarados Parque Nacional. Existe un único ticket con validez para 10 días y que te da derecho a visitar todos estos sitios tantas veces como quieras, exceptuando Orongo y Rano Raraku, que solo pueden visitarse una vez. Este ticket se puede comprar en el mismo aeropuerto, o en la calle principal de la isla, en una oficina situada junto a la farmacia.
ALQUILER DE COCHE EN ISLA DE PASCUA
Decidimos alquilar un coche ya que lo necesitaríamos para poder explorar la isla por nuestra cuenta. El tráfico es mínimo, aunque hay que ir con cuidado ya que en cualquier momento se te puede cruzar una vaca o un caballo, los cuales andan sueltos a lo largo de toda la isla. Por lo demás, recorrer Isla de Pascua en coche no conlleva demasiada dificultad. Solo hay un par de carreteras por lo que ni siquiera tuvimos que hacer uso de gps, y personalmente conducir por esos caminos es algo que disfrutamos muchísimo.
El vehículo, que era tipo Jeep, lo alquilamos en una pequeña tienda llamada Moira, que se encontraba a escasos metros de la Iglesia de Hanga Roa.
NUESTRO DÍA A DÍA EN ISLA DE PASCUA
Cómo decíamos al principio de la entrada, queríamos disfrutar de Isla de Pascua con calma, y es por ello que decidimos pasar una semana en ella. Nos apetecía recorrer la isla con tranquilidad, charlar con locales, dar algún paseo en bicicleta, hacer alguna ruta de senderismo, disfrutar del clima primaveral, y visitar tantas veces como quisiéramos aquellos lugares que más nos gustasen.
Pasamos bastante tiempo en Hanga Roa, que aunque se trata de la capital, se asemeja más a un pequeño pueblo. En Hanga Roa hay una avenida principal (Atamu Tekena) que cuenta con numerosos restaurantes y tiendecitas, y varias calles perpendiculares con un número similar de establecimientos.
Todos los días íbamos hasta allí para desayunar, cenar, y a veces y en función de la organización del día, para comer a media mañana y aunque repetimos varias veces en los restaurantes y bares que más nos gustaron, probamos una gran variedad de sitios, disfrutando de una gastronomía variada, que iba desde el pescado crudo a la carne, pasando por ricas quesadillas, o incluso pizzas.
Paseamos por sus calles, entramos en sus tiendas de souvenirs y mercado artesanal, hicimos algunas compras de aprovisionamientos básicos, y recorrimos los alrededores en bicicleta. En las tiendas también era muy habitual encontrar numerosos libros con historias fascinantes de la isla. Compramos un par de ellos, y los fuimos leyendo en los días posteriores, descubriendo un montón de curiosidades sobre los sitios que íbamos visitando cada día.
MISA DEL DOMINGO EN ISLA DE PASCUA
El domingo es día importante ya que se celebra la misa más especial de la semana y no nos la quisimos perder. En la ceremonia participan bastantes vecinos del pueblo, un coro, y por supuesto un sacerdote, quién ejerció en todo momento de perfecto anfitrión para todos lo que allí acudimos. Y es que tras la ceremonia, se dirigió a la puerta, y allí se dedicó a agradecer a todo el mundo su asistencia. En ese momento la gente aprovechaba para devolverle las gracias, y hacerse un selfie para inmortalizar el momento, tal si de una celebrity se tratase. Nosotros le saludamos pero eso del selfie nos dio un poco de corte, a pesar de que al cura se le veía bastante a gusto en ese “sarao”. En el breve momento que charlamos con él, nos invitó a unirnos a una ceremonia y un curanto que tendrían lugar un par de horas más tarde en la playa de Anakena. Y nosotros encantados con la invitación… allá que nos fuimos.
Cuando llegamos a Anakena comenzó la ceremonia, en la que unos cuantos niños tomaron la primera comunión, y varios adultos se bautizaron. La misa tuvo lugar en un sitio espectacular, en la mejor playa de la isla, y frente a una plataforma con varios moais.
Tras esta ceremonia comenzó el curanto, que es una comida festiva típica de la Polinesia y que se caracteriza por la elaboración de una carne en un gran “umu” (horno de tierra). Como el resto de la gente, nos pusimos en una larga cola a la espera de poder probar la comida.
Mientras estábamos en la cola, el cura pasó de nuevo para informar a todo el mundo de que tuviéramos cuidado en caso de que tomáramos un baño, ya que había medusas. Esto le sirvió para darse otro baño de multitudes, la gente sacaron sus móviles y empezaron los selfies con el sacerdote. Y esta vez sí, nos hicimos la pertinente foto.
Comimos cordero a la brasa con un tipo de patata hervida, ensalada, y pescado a la brasa como principales, y un bizcocho con varias piezas de plátano de postre, todo muy rico, y en ambiente muy agradable.
LOS IMPRESCINDIBLES DE ISLA DE PASCUA
Los moais son por supuesto los grandes protagonistas y la principal atracción de Rapa Nui. Existen unos 800 esparcidos a lo largo de la isla, de diversos tamaños y que se encuentran en diferentes condiciones de conservación: algunos en excelente estado, levantados sobre imponentes plataformas, mientras que otros están completamente derruidos.
Entre los moais que no pueden faltar en una visita a Isla de Pascua, nos encontramos con Tahai, Rano Raraku, Anakena y Tongariki. Y como grandes estrellas de Rapa Nui, hemos visto conveniente darles el protagonismo que se merecen con una entrada específica en la que solamente hablamos de moais y explicamos nuestra experiencia visitando los más destacados, haciendo click aquí: LOS MEJORES MOAIS DE RAPA NUI.
ISLA DE PASCUA MÁS ALLÁ DE LOS MOAIS: QUÉ VISITAR
Isla de Pascua son moais y mucho más. Geográficamente hablando, existen monumentos naturales asombrosos, que van desde volcanes de millones de años, hasta imponentes cuevas, pasando por espectaculares miradores y bonitas playas de arena blanca. Cada día visitamos muchos de estos bellos lugares, siendo algunos de los indispensables:
RANO KAU: En Rano Kau nos encontramos con el cráter volcánico más grande de toda la isla. Una maravilla de la naturaleza que surgió hace dos millones de años y que es digna de ser visitada. El cráter tiene un kilómetro de diámetro, pero no es hasta que lo tienes en frente cuando realmente aprecias su magnitud real. ¡Espectacular!
ORONGO: Situado a escasos metros del cráter de Rano Kau, en Orongo visitamos las ruinas de una aldea ceremonial, situada en lo alto de un acantilado y con unas vistas preciosas. Esta zona de la isla fue de vital importancia entre los siglos XVII y XVIII ya que aquí se celebraba la competición del hombre pájaro, una disputa que tenía lugar una vez al año y en la que un miembro de cada tribu se disputaban el poder de la isla. Una curiosa prueba que consistía en nadar 2 kilómetros hasta uno de los islotes situados frente a Orongo, donde debían esperar días, o semanas, a que el primer gaviotín de la primavera pusiera un huevo, y arrebatárselo. Una vez en su poder, tenían que regresar a la aldea sin dañar el huevo. De esta forma, la tribu ganadora obtenía el poder de la isla por un año, además de enormes ventajas y privilegios.
PLAYA DE ANAKENA: Aunque la Isla de Pascua no se caracteriza por sus playas, la de Anakena, con sus palmeras tropicales, su arena blanca y sus aguas claras no tiene nada que envidiar a otras muchas del Pacífico Sur. Las palmeras, que no son autóctonas de aquí, sino que fueron importadas desde Tahití, en la década de los 60, le dan un toque super paradisíaco. Es sin duda la mejor playa de la Isla de Pascua, y en ella, podemos disfrutar de un agradable baño mientras contemplamos Ahu Nau Nau, una plataforma con 7 moais en gran estado de conservación.
Anakena es además un buen sitio para comer; se trata del único lugar de la isla más allá de Hanga Roa donde encontraremos restaurantes, y no solo uno sino dos. También hay mesas de picnics esparcidas por toda la zona, por si nos traemos la comida de casa 🙂
PLAYA DE OVAHE: Vamos a rizar el rizo y nos vamos a aislar en una de las islas mas aisladas del mundo: nos vamos a Ovahe, una pequeñita playa virgen en la que con mucha probabilidad estarás solo. Nosotros lo estuvimos durante un buen rato, hasta que un par de parejas más hicieron acto de presencia.
MUSEO SEBASTIAN ENGLERT: El museo de la isla, situado a las afueras de Hanga Roa, es un lugar interesantísimo para conocer un poquito más acerca de Rapa Nui. Entre lo más asombroso, una moai mujer, y el único ojo original de moai conservado en la actualidad.
CEMENTERIO DE HANG ROA: Situado frente al mar, el colorido cementerio presenta una mezcla de cultura cristiana y rapanui, y muchos adornos de ambas culturas, incluyendo algún falso moai.
CUEVA DE ANA TE PAHU: Una amplia caverna en la que debido a la humedad y falta de viento han crecido multitud de exuberantes plantas.
CUEVA DE ANA KAKENGA: Se trata de un tubo de lava de unos 50 metros de longitud que sirvió de refugio para los nativos de la isla. El acceso es un pequeño agujero en el suelo, que pasa bastante desapercibido. El interior está completamente oscuro, por lo que una linterna es imprescindible. Y al final, nos encontramos con un par de aberturas con bonitas vistas al mar.
Y con estas visitas (más las de los moais) completamos una semana de ensueño en Isla de Pascua, días que nunca olvidaremos en uno de los lugares, sin duda, más especiales del planeta. Rapa Nui, un destino por el que toma sentido esa palabra que tanto nos gusta: VIAJAR
El volcán Rano Raraku mide cien metros de altura y está compuesto por tobas volcánicas. De forma ovalada con un cráter en la cima, la laguna interior es otro de sus intereses, la cual contempla 50 metros de profundidad en su parte más honda.
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