Una de las actividades estrellas de Tailandia es la de pasar el día entre elefantes en Chiang Mai. Existen varios tipos de excursión, que van desde ir a visitar a estos animales y pasear varios minutos sobre ellos y darle unos cacahuetes, a otras en las que durante varios días puedes hacer un curso completo en el que te enseñan como cuidar del animal.
Además, son muchas las empresas en la zona en las que puedes contratar estos servicios. Nosotros queríamos algo que fuese mas allá de la simple visita al animal, y además con una empresa que les respetase, ya que habíamos leído cosas bastantes feas acerca de como en algunos sitios tratan de domesticar al elefante. Tras bastante tiempo buscando, finalmente, y también por recomendación del hotel en el que nos alojábamos, nos decidimos por Dante tour, una granja en las afueras de la ciudad en la que se dedican a la cría y cuidado del elefante y reciben a un número muy limitado de visitantes cada día.
 
¡Por fin llegó el día! ¡Y estábamos expectantes! Bien temprano y después de desayunar nos recogió en una furgoneta el que sería nuestro guía, Mr Big, y junto a una pareja alemana y un padre y su hijo americanos, tras algo más de una hora de trayecto llegamos a la granja.
Nada mas bajar de la furgoneta ya podíamos ver a los elefantes a lo lejos. ¡Eran muchos mas grande de lo que imaginábamos! El señor Big nos dio nuestros uniformes… ¡y allá fuimos! Nos dirigimos hacia donde se encontraban los elefantes, con cientos de plátanos para darles de comer y establecer un primer contacto con ellos. Y no exageramos cuando decimos cientos de plátanos. Un elefante come en un día aproximadamente el 10% de su peso, esto es un elefante que pese 3000 kilos comerá cada día 300 kilos!
 
Nos acercamos a ellos, 5 elefantes adultos y un bebe de 10 meses, y empezamos a darles la fruta. Podíamos acercársela a la trompa o ponérsela directamente en la boca. El chiquitín se metía todo el rato por medio ya que también quería su ración diaria de plátanos, aunque a él había que dárselos pelados.
 
Dándole de comer al pequeñín
Ale dándole plátanos al grande
Después de este almuerzo, llegó el momento de subirnos a ellos por primera vez. El sr Big trajo a una de las elefantes y uno a uno fuimos subiéndonos a ella, y poniendo en práctica los consejos de la charla previa: «uh uh» era que fueran para alante; «jaaaao» era para que parasen; «kue» era para que girasen; «toy toy» era para que fuesen hacia atrás; y diciendo «milon» el elefante se agachaba para que nos pudiésemos bajar. Para subir, o bien la elefante levantaba su pierna para que la utilizásemos como punto de apoyo, o bien se agachaba completamente para que lo tuviésemos más fácil. Una vez arriba te ponías muy cerca de la cabeza y empezabas «uh uh uh» y la elefante empezaba a caminar. Cuando estás arriba da un poco de impresión ya que la elefante andaba y todo el cuerpo se iba moviendo y parecía que te ibas abajo jeje pero por suerte nadie acabó por los suelos!
El elefante te ayuda con su pata a subir
Se agacha para bajar
Elephantes en Chiang Mai
Tras esta primera prueba era la hora de nuestro almuerzo; las mujeres de la granja nos habían preparado una sopa típica de patata y algo de fruta fresca.
 
Después, Mr Big nos fue asignando uno a uno los que serían nuestros elefantes para el resto de la tarde; a Ale le tocó con una hembra llamada luna llena, y que según el guía a veces era un poco traviesa y se iba por su cuenta; mientras que a mí me tocó un elefante llamado Melion. El mío parecía que tenía prisa por empezar el paseo, ya que salió el primero, mientras que la de Ale ya hacía de las suyas e iba rezagada la última, entreteniéndose con cada rama. Ale iba todo el rato “uh uh” “jaaaaao” “uh uh” jajaja pero ella ni caso. Entre nosotros, los americanos cada uno con su elefante, la pareja alemana que compartían elefante, y el bebé por medio siguiendo a su mamá.
 
De paseo
Bebiendo agua jiji
Elefantes en Chiang Mai
Tras unos 45 minutos de camino, llegamos al río, llegaba la hora del chapuzón! Los elefantes no se lo pensaron dos veces a la hora de meterse en el agua. Se refrescaron, se acomodaron, y se dejaron frotar por unos cepillos que los guías nos habían dado. Nosotros nos esforzábamos en quitarles toda la tierra que tenían por el cuerpo, pero ellos constantemente cogían barro del fondo del río con la trompa y se la esparcían por todo el cuerpo!! Estuvimos un rato bañándolos, ellos cogían agua y nos la tiraban, el bebé andaba también por allí haciendo un poco de submarinismo jejeje fue un momento genial!
Elefantes Chiang Mai
Hora del baño!
Elefantes en Chiang Mai
Uy que trompa!
Elefantes en Chiang Mai
Baño
Y baño también para nosotros!
Elefantes en Chiang Mai
Chiang Mai
Elefantes en Chiang Mai
Foto de grupo
Con nuestros elefantes ya limpios y frescos, llegó el momento de regresar a la granja. Tomamos el camino de vuelta y con mucha pena les dijimos adiós, mientras los cuidadores se los llevaban a descansar.
Granja de elefantes
Elefantes en Chiang Mai
A pesar de las dudas iniciales, contratar con la empresa Dante y visitar su granja fue todo un acierto, pasando un maravilloso dia que tardaremos en olvidar.