Tras la rápida visita de Phnom Penh, en Camboya, nos fuimos hacia el sur, donde buscábamos pasar días de playa y relax. Durante estas últimas semanas han sido varias las personas que nos han hablado de las maravillosas y desconocidas playas e islas camboyanas, así que nos reservamos unos días para conocerlas.
Y sin duda que ha merecido la pena llegar hasta allí y disfrutar de la mejor playa en la que hemos estado, un auténtico paraíso al que conseguimos llegar después de algún que otro «sufrimiento».  
Como ir a Koh Rong Samloem
En primer lugar nos dirigimos en autobús desde Phnom Penh a Sihanoukville, un pueblo costero bastante turístico con muchos hoteles y restaurantes desde donde cada día salen barcos a diferentes islas. Allí nos informamos acerca de cómo ir a la isla de Koh Rong Samloem, pequeño islote aún sin apenas explotar con muy buena pinta.
Deberíamos ir al muelle de Serendipity y allí tomar algunos de los botes que van cada día a la isla. Cuando estábamos esperando a que saliese el barco, en una de las oficinas de información nos recomendaron reservar el alojamiento, ya que en muchas ocasiones no hay nada disponible. Rápidamente nos metimos en internet y reservamos una habitación para esa noche y luego «ya veríamos». Finalmente llegamos a Koh Rong Samloem, atracando el barco en Saracen Bay, la bahía principal de la isla. La vista desde el muelle ya era preciosa, con aguas turquesas, arena blanca y unos bonitos bungalows a pie de playa.
 
Llegada a Koh Rong Samloem
Saracen Bay
Sin embargo nuestro alojamiento se encontraba en otra playa llamada Lazy Beach a donde alguna gente acude por las tardes a ver el atardecer, y a la que se accede por un sendero a través de la jungla. Nos pusimos en marcha y tras 45 minutos de caminata, en los que íbamos haciendo ruido con un palo ya que nos dijeron que había serpientes, llegamos a la playa, no tan bonita como la anterior pero más tranquila, ya que únicamente contaba con dos alojamientos, uno en cada extremo. Fuimos hasta el nuestro y nos dijeron que podríamos quedarnos una segunda noche allí pero que a partir de la tercera tendríamos que buscar otra cosa. Sentimos alivio al saber que al menos al día siguiente no tendríamos que hacer el camino de vuelta de nuevo cargando con las mochilas, ahora solo nos tocaría decidir si buscar el alojamiento en la otra playa para los siguientes días o cambiarnos de isla.
 
Atravesando Koh Rong Samloem
De momento nos fuimos al bungalow, una cosita bastante básica al que se accedía por unas escaleras que comenzaban en la playa. La puerta no tenía ningún tipo de cerradura y no había ventanas, solamente los huecos, aunque no llegamos a sentirnos inseguros en ningún momento de dejar las cosas allí ya que éramos muy pocos los que estábamos por esa zona.
Rápidamente nos bajamos a la playa, disfrutamos por fin de un buen baño y contemplamos el atardecer, momento en el que conocimos a una pareja de vietnamitas, Lee y Phu, que también acababan de llegar a la isla y que se alojaban en el otro alojamiento que había en esa playa.
Lazy Beach, en Koh Rong Samloem
Koh Rong Samloem
Atardecer en Koh Rong Samloem
Estuvimos charlando un rato y después de ducharnos fuimos a cenar con ellos. Cuando volvíamos a nuestros bungalows, el silencio y oscuridad eran total, únicamente se escuchaban las olas del mar ya que los pocos turistas que había deberían estar ya durmiendo, y eso que no eran más de las 10 de la noche!
Con ayuda de nuestras linternas conseguimos llegar, vimos que el bar ya estaba cerrado… así que nos fuimos al bungalow! Nos metimos en la cama, montamos la mosquitera y nos dispusimos a dormir. Estábamos completamente aislados en esa pequeña isla, rodeado creemos de muchos tipos de animales. De vez en cuando el silencio se rompía por el crujido de alguna rama de un árbol o por el sonido de las hojas de los árboles, aunque finalmente dormimos.
 
Pero alrededor de las dos de la mañana abro los ojos y veo a María incorporada, y con la linterna encendida iluminando a la pared. “Lo escuchas? Ahí hay algo” me dice. Yo no oía nada pero cogí también mi linterna, estuvimos apuntando a todos lados, hasta que de pronto un pequeño ratón asomó la cabeza detrás de la mochila de María!! Después del susto y de pensar qué hacíamos, cogimos un palo y empezamos a dar palazos por todas partes hasta que el ratón se fue. El animalito había estado hurgando por la mochila y la había roído porque dentro teníamos las palomitas que compramos en el Delta del Mekong y unas galletas. No nos quedó otra que coger la comida y tirarla por la ventana, no queríamos más visitas sorpresa durante la noche.
 
Ya con el ratón fuera nos volvimos a dormir… Hasta que un fuerte ruido nos despertó esta vez a los dos! “Y ahora qué?” El ruido venía de un bolso en el que guardábamos la ropa que nos habíamos hecho días atrás en Hoi An. De nuevo encendimos linterna y nos encontramos con una enorme rata sobre el bolso. En ese momento recordamos que además de la ropa, en esa bolsa iba también el bote de ColaCao que compramos en Hanoi. La rata empezó a trepar y a caminar por las vigas justo por encima de nuestras cabezas. De nuevo nos pusimos a palazos hasta que desapareció por algún hueco de los tantos que había en el suelo. El resto de la noche transcurrió ya sin sobresaltos aunque nosotros no pudimos dormir muy bien. Por la mañana, Lee y Phu vinieron a desayunar, les contamos lo que nos había pasado y les dijimos que habíamos decidido dejar ese bungalow y que iríamos a la otra playa a preguntar si había algo disponible.
 
Ellos nos acompañaron y a media mañana llegamos a Saracen Bay, dejamos las mochilas debajo de unas palmeras y empezamos a buscar alojamiento libre. Preguntamos en todos y la respuesta fue siempre la misma: “estamos completos”, así que nos tendríamos que ir de la isla esa misma tarde. A esas horas ya no había conexión con ninguna otra isla; la única opción era volver a tierra, a Sihanoukville, e ir a otra isla desde allí al día siguiente. Así que solo nos quedaba disfrutar de esa gran playa en la que nos encontrábamos junto a Lee y Phu. Pasamos el resto del día allí, y por la tarde cogimos el último barco con destino a Sihanoukville, un poco ofuscados por lo que había pasado pero contentos al menos de haber disfrutado de esa maravillosa playa por un día.
 
Playa principal de Koh Rong Samloem
Saracen Bay
Con Lee y Phu
Koh Rong Samloem
Regresamos a Sihanoukville, donde buscamos una habitación en la que nos pudimos dar una ducha que supo a gloria (habíamos comentado que en el bungalow de la isla no había agua corriente y que nos teníamos que duchar llenando unos cacitos con un agua marrón que había en unas cubas??) jajaja. Tras la ducha fuimos a cenar y decidimos donde pasaríamos los próximos días. Iríamos a la isla de Koh Rong, que en un principio habíamos descartado por estar demasiado “desarrollada” pero visto lo visto agradeceríamos algo de “civilización” jejeje.
 
Tres días en la isla de Koh Rong
Al día siguiente tomamos de nuevo el barco desde el muelle de Serendipity (salen varios cada día), y llegamos a la playa principal de Koh Rong, siendo la primera impresión no del todo buena. Lo primero que vimos fue un montón de alojamientos y restaurantes a pie de playa construidos de forma muy poco ordenada, mucha suciedad, malos olores… Bajamos del barco y nos cogimos un bungalow en primera línea en el que pasaríamos las próximas dos noches. Alejándote unos metros del muelle la playa era algo mejor, aunque nos habían hablado de otras zonas en la isla en las que había muy buenas playas así que ya las buscaríamos al día siguiente. Ese día estaba algo nublado así que no fuimos demasiado lejos y nos quedamos por la playa del bungalow.
 
Bares en la isla de Koh Rong
Nuestro bungalow en Koh Rong
Long Beach: la mejor playa del sudeste asiático
A la mañana siguiente nos levantamos temprano como habíamos previsto para aprovechar el día… Pero estaba lloviendo! La mala suerte parecía que nos acompañaba. Además los mosquitos esa noche se habían puesto las botas con nosotros, especialmente con María que tenía más de 50 picaduras por todo el cuerpo. Fuimos a desayunar, y después de un par de horas el día mejoró, y nos decidimos a ir en búsqueda de alguna playa perdida. Nos habían hablado de una playa al otro lado de la isla llamada “Long Beach”, cogimos el equipamiento playero y nos fuimos para allá. El camino fue más largo de lo que esperábamos, y cada vez se hacía más duro, con unas bajadas bastante peligrosas en las que nos íbamos agarrando como podíamos a las ramas y troncos de los árboles para no caernos. En una de estas bajadas se me rompió una chancla, seguimos caminando y tras algo más de una hora por fin llegamos… Y vimos la mejor playa que hayamos visto nunca antes, un paraíso que hizo que un segundo se nos olvidaran todas las cosas malas que nos habían pasado en los días anteriores. Teníamos ante nuestros ojos ocho kilómetros de playa virgen enteritos para nosotros solos, con el agua más clara y la arena más blanca que cualquier otra playa en la que hubiésemos estado antes. Corriendo nos fuimos para el agua y disfrutamos ya sí del día de playa que tanto tiempo llevábamos deseando!
 
Long Beach, Cambodia
Isla de Koh Rong
Playas de Camboya
Long Beach, Camboya
Para volver a la playa principal acordamos con un camboyano que nos llevase en barca, por lo que pudimos esperar a ver el atardecer desde esa playa y nos ahorrábamos hacer el camino de vuelta a pie.
 
Atardecer desde Long Beach
Al día siguiente volvimos de nuevo a Long Beach, el día estaba mejor por lo que fuimos más temprano. Esta vez tardamos un poco menos en llegar, y de nuevo se nos puso la sonrisa de oreja a oreja cuando nos reencontramos con la playa! Estaba más bonita aún si cabe ya que era más temprano y la marea estaba más baja, sobresaliendo bastantes islotes de arena entre el agua.
 
Isla de Koh Rong
Long Beach, Koh Rong
Long Beach, Cambodia
Como ir a Koh Rong – Camboya
La isla de Koh Rong, en Camboya
Long Beach, Koh Rong Island
Long Beach
Aguas cristalinas en la isla de Koh Rong
La mejor playa del sudeste asiático
Relax en la isla de Koh Rong
Disfrutamos del paisaje durante toda la mañana, antes de volver a la playa principal, desde donde esa misma tarde cogeríamos el bote con el que iríamos a Sihanoukville. Sin querernos irnos pero muy satisfechos por estos días, dejamos Koh Rong.
Han sido tres meses de búsqueda, y nos vamos con la sensación de que la hemos encontrado: la mejor playa del sudeste asiático.
muchas gracias por tu comentario; nos alegramos que aunque ya haya pasado algún tiempo, nuestra entrada siga ayudando a gente como vosotros que estéis viajando por allí!
Disfrutad muchísimo los días en Koh Rong Samloem, aquello es maravilloso 🙂
Hola chicos:
Estamos ahora mismo en Sihanoukville y mañana partimos rumbo a Koh Rong Sanloem. Vuestro relato nos ha ayudado mucho, ¡gracias por compartir!
Hola Marita,
muchas gracias por tu comentario; nos alegramos que aunque ya haya pasado algún tiempo, nuestra entrada siga ayudando a gente como vosotros que estéis viajando por allí!
Disfrutad muchísimo los días en Koh Rong Samloem, aquello es maravilloso 🙂
Un saludo
que hermosas fotos!!!
Las playas de Camboya son una pasada! 🙂
increíbles las fotos, ¿en que época del año fuisteis?
Hola Sergio, estuvimos allí los primeros días de mayo, pillamos algún día de lluvia pero después de la tormenta siempre sale el sol… 🙂 saludos!!