Estamos en Malapascua, una pequeñísima isla en el centro de Filipinas. Para llegar hasta aquí, volamos hasta la ciudad de Cebu; allí cogimos un autobús y en unas 5 horas llegamos al pueblo de Maya. Era la última parada, y nosotros éramos los únicos que quedábamos en el bus. Recogimos las mochilas del maletero y… sorpresa! A alguien se le había derramado su cargamento de pescado y nuestras mochilas olían a pescado podrido jejeje aunque en el momento no nos hizo tanta gracia :p Desde Maya aún teníamos que coger una banca, la embarcación típica de Filipinas. Era demasiado tarde y ya no salían mas barcos, así que hicimos noche en una casa de allí y a la mañana siguiente ya pudimos ir hacia Malapascua. El trayecto duró un poco más de lo previsto porque en el camino nos encontramos a un padre y su hijo que habían volcado su banca, y los tuvimos que remolcar hasta la isla. Además la marea estaba baja por lo que a unos 30 metros de la orilla, las veintitantas personas que viajábamos en la banca tuvimos que hacer transbordo a un pequeño bote para recorrer estos metros. Creemos que por todo el peso que llevaba, el bote empezó a inundarse antes de llegar a la orilla. «Las mochilas las mochilas!!” Tuvimos que quitarnos las zapatillas y saltar de allí como pudimos para pisar tierra firme jejeje. Así que en total más de 24 horas de viaje para llegar hasta aquí, ¿qué merecieron la pena? Sin duda!
 
Por fin pusimos pie en Malapascua, rodeados de su agua cristalina, arena blanca, imagen paradisiaca que contrastaba con la de numerosas palmeras arrancadas de cuajo y bastante desorden. Y enseguida empezamos a preguntar por Rubi. Él es la principal razón por la que decidimos venir aquí. Esta isla es una de las más recomendadas para la gente aficionada al buceo y Rubi es uno de esos instructores que mejor te puede transmitir la filosofía de este deporte y con el que sabes que gracias a él esto te va a apasionar.
Yo, María, repito experiencia, y para Ale que quería hacer su curso de Open Water Diver no dudé ni un momento; quería que fuese con Rubi porque con él estaba segura que disfrutaría.
 
Aquí tenéis un enlace a su web: www.buceomalapascua.com
 
Los primeros chavales a los que preguntamos nos indicaron donde estaba su escuela. Por el camino la gente nos saludaba con una gran sonrisa y nos preguntaba a donde íbamos para ayudarnos. Llegamos y ahí estaba Rubi. Tras casi dos años nos volvíamos a ver en el mismo lugar pero desde luego no en las mismas condiciones. El 18 de noviembre de 2013 el tifón Yolanda decidió apalear esta paradisíaca isla, llevándose consigo todas sus casas, vegetación y mucha fauna entre otras muchas cosas, dejando a todo un pueblo sin nada. Pero esto no fue suficiente para vencer a Malapascua. Sus habitantes siempre con la sonrisa en la cara empezaron a organizarse y gracias a diferentes asociaciones como la de Rubi recaudaron dinero para al principio sobrevivir y luego arreglar la isla y dejarla tan bonita o casi como antes. Apenas han pasado dos meses y medio de este desastre y todavía se ve el rastro de Yolanda, pero la isla sigue teniendo su magia y la gente sigue siendo increíble, y por eso este es el año cero de Malapascua, porque después de ese fatídico día la isla volvió a nacer.
Saludamos a Rubi y nos acompañó hasta la habitación que nos tenía reservada, y volvimos a la playa aunque cada uno para hacer cosas distintas. Ale se metía en una habitación con su libro de casi 300 páginas, una libreta y un boli, y empezaba a prepararse el open water, mientras que yo me tumbaba en una hamaca entre dos palmeras y me tomaba unos zumos de fruta natural entre baño y baño jejeje.
 
Buceo en Malapascua
Afortunadamente la teoría solo duró un día y a partir del segundo empezamos las inmersiones juntos. En la tercera inmersión, en Gato Island, y en la entrada de unas cuevas pudimos ver los tiburones de punta blanca. También hemos visto estrellas de mar, peces payaso, serpientes marinas y peces raros como pez pipa, pez hoja o pez roca. En nuestro último buceo nos embarcamos a las 5 de la mañana dirección Monad Shoal, para poder ver los tiburones zorro, una especie que solo se ve de manera regular en Malapascua y que es la estrella del lugar. Viven en aguas muy profundas (más de 300 metros), pero en esta zona, cada mañana emergen de las profundidades hasta lo que llaman, estación de limpieza, donde permanecen durante una o dos horas. Pudimos ver uno que nos rondó un par de veces, una experiencia increíble. Quinta inmersión del viaje, y ahí estábamos, a 28 metros frente a aquel «bicho» precioso. Inolvidable!! Tras esto, Ale ya obtuvo su título de buceo Open Water!!
 
Respecto a la isla, la podríamos dividir en la zona de primera linea de playa, donde se encuentran todas las escuelas de buceo y resorts en los que se come bueno, muy bonito y muy barato comparándolo con los precios europeos. En la zona de interior están los restaurantes y puestecillos de comida local en los que se come menos bonito, pero también bueno y muchísimo más barato. Así que nos hemos pasado estos días haciendo nuestros desayunos a pie de playa por unos dos euros, almuerzos en los sitios locales por poco más de un euro, y cenas en las terrazas y resorts de la playa por unos 5 euros, todo un lujo!
Durante estos cinco días hemos conocido a mucha gente: Iris, una «chiquilla» alemana que vive en Madrid y Eric, un actor francés, que estaban pasando días de trabajo y vacaciones por aquí; Pere y María, una pareja que lleva 13 meses viajando; y varios españoles que están llevando a cabo diferente proyectos de voluntariado. Y como no, Rubi y Ander, nuestros instructores con los que hemos pasado gran parte de nuestra estancia en la isla.
 
Con muchísima pena nos vamos de Malapascua, un lugar en el que nos hemos sentido como en casa, y en el que nos quedaríamos muchos más días. Pero Filipinas es muy grande y solo nos quedan dos semanas por aquí 🙂
Muchas gracias por la información, va a ser muy util para mi siguiente viaje a filipinas.
MAlapascua o mala pascua como le llaman alli, es un lugar tremendo y si os gusta el buceo podeis ver el tiburon zorro, realmente increible.
Tuvimos oportunidad de verlo, éramos muy principiantes aún en eso del buceo, y fue algo inolvidable!
sigo leyendo…que voy retrasado!!!! 🙂
Al fin tengo internet y puedo escribiros que desde el movil es un rollo!!!
uff la mejor foto la de los atardeceres en la playa!! si existe el paraiso imagino que se parece a donde estáis. un abrazo a los dos.. disfrutad!!
Muchas gracias Maria!!! jejeje aunque te advertimos que habrá muuuchas fotos eh!! :p un besito!!!
Diooos que bonito todo!!! y que susto bucear con tiburones. Me tenéis enganchadisima al blog. Cuando volváis hay que hacer una quedada para ver todas las fotos y sus respectivas historias. Jejeje
Besitos para los dos. Muaaaak!
¡Qué lugar más maravilloso! He estado buscando información sobre Malapascua y he visto fotos increíbles, por eso digo que estoy aprendiendo mucho con vuestro viaje. Seguid disfrutando