Después de nuestro baño con el tiburón ballena en Oslob, nos dirigimos hacia Siquijor, antiguamente conocida como Isla de Fuego, una isla más grande que Malapascua pero lo suficientemente pequeña como para recorrerla en moto en menos de un día. En esta isla nos hemos acordado mucho de Silvia y Carlos y de su fantástico blog «Un cambio de aires», el cuál hemos de decir que fue una gran inspiración para nuestro viaje. Con cada entrada vuestra que leíamos nuestras ganas de empezar esto aumentaban! Muchas gracias chicos por vuestro gran trabajo, tanto a nosotros como a mucha gente seguro les habrá servido y les servirá de gran ayuda 😉 www.uncambiodeaires.com
Después de coger un bus, un tuc-tuc y un par de barcos llegamos al Puerto de Siquijor. Ahí ya sabíamos a dónde nos dirigíamos: la ya famosa para nosotros Casa Lorna, altamente recomendada en varios blogs, entre ellos el de Silvia y Carlos. Aprovechamos la tarde para pasear por el pueblo de San Juan, comer algo, y disfrutar del atardecer. Poco más para un día que para nosotros había comenzado a las 5 de la mañana!!
 
El segundo día ya con nuestra moto de alquiler lo dedicamos a darle la vuelta a la isla. Teníamos 75 km por delante pero antes de nada había que repostar!! En Siquijor apenas hay gasolineras; sin embargo, cada pocos metros hay puestecillos en los que te venden la gasolina en botellas de coca cola de color roja o verde y tú ya eliges los litros que le quieres poner.
 
Nuestra primera parada fue el Century Old Balete Tree, el árbol más viejo de Siquijor con 420 años. A sus pies hay un pequeño estanque con estos peces que te dan mordisquitos y te quitan las pieles muertas; había una pareja de italianos que metieron los pies pero los peces ni caso… así que nosotros ni lo probamos jeje.
 
Tras las fotos de rigor con el árbol, nos fuimos a las cascadas de Cambugahay, quizás el que ha sido nuestro lugar favorito de la isla. Aquí disfrutamos como niños, tirándonos a lo tarzán por las cascadas y bañándonos en ellas… contemplando ese bonito paisaje, parecía todo artificial!!! Casi sin darnos cuenta se nos pasó media mañana, porque lo estábamos pasando genial. Nos tomamos un coco que nos vendió un filipino que andaba por allí y ya fresquitos nos fuimos a la playa de Salagdoong, una de las más famosas entre los locales, aunque también entre los turistas. De hecho tienes que pagar por entrar. Tiene un resort con restaurante, así que os podéis imaginar la de guiris que éramos ahí comiendo, pero hemos de decir que los calamares que nos tomamos estaban buenos 😉
 
De ahí nos fuimos a otra de las playas más conocidas de Siquijor, la de Tulapos, reconocida por su santuario marino en el que puedes encontrar diferentes tipos de peces, coral y mucha diversidad marina. Justo cuando llegamos la marea estaba bajando, formándose islotes y bancos de arena blanca entre la orilla y la zona dónde empezaba el coral, así que estuvimos un rato haciéndonos nuestras fotos y bañándonos en un agua que podía estar a unos 30 grados! Después recorrimos unos cuántos kilómetros más y llegamos a nuestro alojamiento. Ya habíamos rodeado la isla! 🙂
 
A la mañana siguiente, cogimos de nuevo la moto, aunque esta vez tomaríamos un camino distinto; nos iríamos hacia el interior. Atravesamos el parque natural de Bandilaan, e hicimos parada en las cascadas de Lugnason y en un santuario de mariposas. En el camino paramos varias veces para hacer fotos; el verde de los paisajes era espectacular, así como la tranquilidad que se respiraba mientras conducíamos. Sin duda la decisión de alquilar la moto para conocer la isla fue la mejor que pudimos tomar!
 
Para comer decidimos irnos a la playa y de camino dimos con un resort en el norte de la isla, el Villa Marmarine. El sitio nos encantó, la comida era buenísima y la playa idílica, llena de cocoteros. Después de un rato tirados allí como lagartos, nos fuimos al este de la isla para ver nuestro último atardecer en Siquijor. donde nos comimos un sandwich de pollo con un pan casero que parecía un mollete de Antequera jeje tendríais que haber visto la carita de Ale!! 🙂 Y para despedirnos del día fuimos a cenar al JJ’s cafe village.
 
En nuestra última mañana en Siquijor, visitamos un lugar que nos había quedado pendiente: la Cueva de Cantabon. Tuvimos que ir al pueblo más cercano a buscar a dos guías que nos acompañasen, ya que no es posible visitarlas por cuenta propia. Nos dieron un casco y una linterna, y durante un par de horas fuimos adentrándonos cueva abajo entre rocas, con tramos de agua que nos llegaban hasta la cintura, y otros en los que tenías que ir casi arrastrándote para no darte con la cabeza en el techo. Recorrido no apto para claustrofóbicos jeje. Un muy buen final para nuestra estancia en esta isla.
 
Nos vamos de Siquijor con muy buen sabor de boca; aunque habíamos visto algunas fotos, no podíamos imaginar la belleza de este lugar, las actividades tan diversas que podíamos hacer aquí, y los magníficos atardeceres que tiene. Así que HASTA PRONTO SIQUIJOR! 🙂
 
quisiera saber el contacto del hotel LORNA, quiero ir para febrero gracias
Hola Mireia, el número de teléfono de Lorna que aparece en la web es el +63 927 381 6377 pero no sabemos si estará actualizado. A través de su pagina de facebook «Lorna’s end of the world Beach Rooms» también podrás contactar con ella. Un saludo!
MUCHISIMAS GRACIAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! gracias a vosotros podemos viajar mucho mejor !!!!!!!!!!!!!!!
Acabo de descubrir vuestro blog. El año que viene me voy a Filipinas así que me pondré a leer todo lo que encuentre por aquí.
un saludo.
Hola Maria! Sin duda acertarás con Filipinas! Fue uno de los paises que más nos gustó de todo el sudeste asiatico! Cualquier cosa en la que te podamos ayudar ya sabes 🙂 Un saludo!!
Me la apuntoooooooo!!! Q isla tan bonita!!! a seguir disfrutando chicos!!!! Muaaaaaaks
Jeje raquel si debe ser la unica isla en la q aun no hayas estado!! Jeje pero si, para cuando vuelvas a filipinas recomendada 100%! Besitos!!
Guau! He flipad con las fotos de los atardeceres! Que pasada!!!! Y que preciosidad el sitio de las cascadas! Idilico! Un besazo chicos!