Maupiti ha sido una de las sorpresas de nuestra Luna de Miel. Y es que antes de viajar a Polinesia, nunca habíamos oído hablar de esta pequeña isla del archipiélago de la Sociedad.
En Maupiti pasamos dos increíbles días, un lugar perfecto donde combinamos snorkel, algún trekking, y unos ratitos de playa inolvidables! En ella viven unas 1300 personas y se trata de una de las islas más pequeñas de las islas de Sotavento, así como la más remota. En la actualidad está conectada en vuelos regulares con otras islas (Bora Bora, Raiatea y Tahití) únicamente tres días de la semana, y esto hace de ella la isla menos visitada del archipiélago.
Pero vamos por partes: aterrizamos en el aeropuerto de Maupiti tras un breve vuelo procedente de Bora Bora. Al igual que en esta última, el aeropuerto, del que hablaremos más detalladamente al final de la entrada, se sitúa en uno de los motus que rodean la isla principal, en la que nos alojaríamos las dos siguientes noches.
Alojamiento en Maupiti
El tema del alojamiento en Maupiti está complicado. Únicamente hay pequeñas pensiones, con un número muy limitado de plazas. Con un par de meses de antelación contactamos por email con una veintena de ellas aproximadamente, y solamente una nos dio disponibilidad: Chez Manu.
Y allí estaba la señora Manu esperándonos con un collar de flores para cada uno en el puerto de Maupiti, para después acompañarnos a su casa, que estaba a apenas tres minutos.
Llegamos y enseguida supimos que Chez Manu iba a ser con diferencia el peor alojamiento que tendríamos durante este viaje. Las expectativas antes de llegar ya eran muy bajas, y éstas se cumplieron del todo nada más poner un pie en la casa. Estaba muy sucia, y además en cuanto caía el sol un montón de cucarachas gigantes hacía acto de presencia. En cuanto a la habitación, era pequeña y tenía una ventana con vistas al jardín. Hasta ahí bien. El tema es que en Maupiti no tienen cementerio, y los habitantes entierran a sus familiares en los jardines de sus casas. En cuestión de horas habíamos pasado de dormir en una villa sobre el agua de uno de los mejores hoteles de Bora Bora, a un pequeño cuarto con privilegiadas vistas a los antepasados de Manu! Nada mejor para un viaje de Luna de Miel ehhh!!!
La cosa empeoraría aún más cuando sacamos nuestra tarjeta con la intención de pagarle a Manu el alojamiento. Ella nos dijo que en toda la isla no contaban con linea para datáfonos, ni con cajeros ni bancos, y que todos los pagos deberían hacerse en efectivo! Reconocemos que fue un gran error por nuestra parte, y es que a pesar de ya haber oído con anterioridad que en Maupiti no existen los cajeros, nos marchamos de Bora Bora sin antes haber pasado por uno, y por tanto, sin francos en efectivo.
Tras momentos de no saber muy bien que hacer, tuvimos un golpe de suerte y es que encontramos en uno de los bolsillos interiores de nuestra mochila unos cuantos euros y dolares, los cuales nos cambiaron en una tienda de alimentación. No era demasiado, pero nos quedó lo suficiente como para pagarle a Manu (el alojamiento incluía desayuno y cena) y aún nos quedó un poquito para poder hacer una excursión por la isla. ¡Menos mal!
A pesar del mal comienzo, queríamos aprovechar nuestros dos días en Maupiti al máximo y disfrutar de esta isla, la cual estábamos seguros que tenía mucho que ofrecer.
Ya instalados, vimos que eran casi las 5 de la tarde, por lo que solo tuvimos tiempo de dar una vuelta por los alrededores de la pensión. Aprovechamos también para apalabrar la excursión que haríamos al día siguiente. Lo hicimos con un vecino de Manu, quién contaba con un pequeño bote y que nos acompañaría al día siguiente a conocer la laguna de Maupiti.
Snorkel en Maupiti
Nos levantamos temprano y nos fuimos hacia la casa del hombre de la tarde anterior. Nos dejó un par de equipos de snorkel y caminamos hasta su barquito, en el que navegaríamos durante la mañana. En la excursión hicimos 3 paradas. En las dos primeras efectivamente pudimos nadar con mantas rayas, una actividad que llevábamos años deseando hacer. La visibilidad ese día no era la mejor; aún así disfrutamos muchísimo, nadando en ocasiones con hasta 4 manta rayas al mismo tiempo! Una pasada!
La tercera y última parada fue en un jardín de coral que nos encantó. Se encontraba a muy poca profundidad, y aquí la visibilidad si que era óptima.
Playa de Tereia
Fueron unas 3 horas las que pasamos en el bote hasta que regresamos al pueblo. El mismo señor del snorkel nos dejó unas bicicletas con las que fuimos al otro extremo de la isla (tan solo 5 kilómetros) hasta la playa de Tereia, ¡la mejor de la isla! Un lugar increíble.
Además de ser una de las más bonitas que hemos visitado, esta playa tiene una singularidad única, y es que se puede ir caminando por el agua hasta el motu situado enfrente. Es un kilómetro de distancia, pero el agua no llega a cubrir en ningún momento más allá de la cintura.
María se quedó tomando el sol mientras que yo me animé a cruzarlo. El motu Aira es un islote desierto con varias kilómetros de playa virgen, de los cuales recorrí una parte, paseando en solitario por allí tal como si Robinson Crusoe fuese! 😀 Una maravilla de motu del que disfruté muchísimo!
De vuelta en la playa nos quedamos hasta que oscureció. Otro día más en el que la Polinesia nos regala un muy bonito atardecer!
Subida al Monte Teurafaatiu de Maupiti
Al día siguiente madrugamos y realizamos el trekking más espectacular que se puede hacer en Maupiti: el ascenso al monte Teurafaatiu.
La ruta cuenta con un desnivel de unos 380 metros y se puede hacer por libre sin dificultad, ya que el camino está señalizado y es difícil perderse. Es muy recomendable comenzarla a primera hora, antes de que el calor apriete fuerte.
Comenzamos a subir en un primer tramo no demasiado complicado. De vez en cuando mirábamos atrás para ver un pequeño aperitivo de lo que nos esperaba arriba. Las vistas eran ya una pasada, y eso que apenas llevábamos media hora de caminata!
Posteriormente la subida fue algo más exigente, con tramos de roca prácticamente verticales en los que hay que ayudarse por unas cuerdas. El calor era cada vez más fuerte, pero ya lo teníamos casi!
Finalmente tras aproximadamente hora y media llegamos a la cima, y nos sentamos a disfrutar de unas vistas impresionantes. La panorámica que teníamos ante nosotros era brutal, con la laguna más bonita y con más tonalidades de azul que hayamos visto nunca! Solo por esto viajar a Maupiti bien merece la pena!
La subida al Monte Teurafaatiu fue la última actividad que realizamos en Maupiti. Tras el trekking fuimos a Chez Manu a recoger las mochilas: nuestros estancia en Maupiti llegaba a su fin! Manu nos acompañó al puerto desde donde tomamos el bote para dirigirnos al peculiar aeropuerto de Maupiti!
Aeropuerto de Maupiti
El aeropuerto de Maupiti es probablemente el aeropuerto más curioso en el que hemos estado nunca. En estos últimos años hemos visitado algunos aeropuertos pequeños, otros situados en localizaciones singulares, con terminales extrañas… pero el aeropuerto de Maupiti va un paso más allá.
Como decíamos antes, se encuentra en un islote, por lo que accesible únicamente en barco (y en avión claro está). Así que los taxis que se toman a la llegada, no son taxis al uso, son barco-taxis.
En cuanto a la terminal, es una pequeña estructura sin ningún tipo de puertas, y que sirve principalmente para proteger del sol.
Los mostradores de facturación son poco más grandes que una caja de supermercado
La tienda dutyfree es un puestecillo donde poder comprar cervezas bien frías.
La sala de espera es la sala de aeropuerto más maravillosa en la que hemos estado nunca. Que se retrasa el vuelo… pues nos damos un bañito en la playa! ¡Y que playa!
Estábamos tan entretenidos con todos los detalles del aeropuerto que la espera se nos hizo muy corta. Enseguida nos dirigieron hacia el avión, en el que pusimos rumbo a una nueva isla de la Polinesia!
No tuve esa experiencia ! Fuimos en barco que entonces hacia la ruta ,no sé si ahora sigue funcionando pues ante la dificultad de salir de maupiti en barco ,en cuestión se segundos piensas de esta no salgo ,pero salimos ,deben de ser capitanes tan expertos en esa ruta enfrentándose a ese riesgo ,me alegro de la buena experiencia que tuvisteis