San Miguel de Tucumán y Salta fueron nuestras siguiente paradas de nuestra ruta por Argentina. Pero vayamos por partes:
Un día después de aterrizar en Buenos Aires tomábamos un nuevo vuelo hasta el noroeste del país, más concretamente a San Miguel de Tucumán, capital de la provincia de Tucumán.
El principal motivo por el que viajamos a este rincón de Argentina fue la visita a unos familiares, descendientes de un tío abuelo que emigró a principios del siglo pasado. Éstos nos dieron un gran recibimiento con un tradicional asado en nuestra primera noche en la ciudad.
RUTA POR LOS ALREDEDORES DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
Al día siguiente, hicimos un recorrido con unos primos (Gustavo y Patricia) quienes nos llevaron en coche por los alrededores de la ciudad
El primer lugar que visitamos fue el Cerro de San Javier, una colina situada a unos 25 kilómetros del centro de la ciudad. En el cerro destacan las vistas de San Miguel de Tucumán, además de un gran Cristo de 28 metros de altura y que es uno de los más grandes que podemos encontrar en Sudamérica.
De ahí seguimos hacia el Lago artificial Unt, en el que habían bastantes personas pasando el día.
En esta zona estaba planificada la construcción de una Ciudad Universitaria, cuyas obras comenzaron pero nunca llegaron a finalizarse. Es por ello que podemos encontrarnos con estructuras de edificios a medio concluir.
Tras un rato en las inmediaciones del lago seguimos conduciendo hasta El Monasterio Cristo Rey Tucumán, un bonito monasterio de piedra rodeado de vegetación, construido en los años 50 por los monjes que allí vivirían posteriormente. Su interior y su entorno hacen de él un lugar muy interesante de visitar.
Comimos en un bar – restaurante llamado «el Rincón«, que se encontraba justo al lado del Monasterio. Allí probamos varios platos típicos de Tucumán como la humita, los tamales y las empanadas. ¡Todo casero y buenísimo! Uno de esos sitios que de no haber sido de ir con Gustavo y Patricia jamás hubiésemos conocido.
Continuamos la ruta hacia San Miguel de Tucumán pero antes hicimos una última parada en el Dique El Cadillal, una presa que en verano hace las veces de «playa de Tucumán». Eran muchos los que disfrutaban de un baño o realizaban deportes náuticos. Hacía un calor tremendo pero a nosotros se nos olvidó llevar el bañador por lo que nos quedamos con las ganas de darnos un chapuzón.
De vuelta a Tucumán, nos despedimos de Gustavo y Patricia, y ya con menos calor, dimos una vuelta por el centro de la ciudad, muy animado a esas horas de la tarde. Tuvimos la suerte de que otros familiares (Maria Eugenia, con sus padres y la pequeña Uma) nos enseñaran algunos de los lugares más importantes, como los alrededores de la Plaza de la Independencia, que se encontraba en obras, la Casa de Gobierno, o La casa histórica de la Independencia.
A la mañana siguiente aún tendríamos unas horas en las que hicimos el denominado «paseo histórico«, un recorrido que abarca los monumentos y edificios más importantes del centro histórico de la ciudad. Veríamos de nuevo algunos lugares que ya visitamos el día anterior, y aprovechamos para visitar otros nuevos, como los interiores de la Catedral y de la Iglesia de la Merced.
Antes de marcharnos de Tucumán estuvimos en la casa de otros parientes (gracias Graciela y familia) y nos comimos un último asado antes de partir rumbo a una de las ciudades más bonitas del país: Salta
TURISMO EN SALTA
Llegamos a media tarde a la estación de autobuses de Salta (el trayecto desde San Miguel de Tucumán duró unas 4 horas) y desde ahí tomamos un taxi hasta nuestro hotel, situado en el centro de la ciudad. Tras descansar un poco dimos una vuelta por el casco urbano, y en la plaza 9 de Julio tuvimos oportunidad de degustar las ricas empanadas salteñas.
Al día siguiente volvimos a la plaza 9 de Julio ya que desde allí empezaríamos un free tour en el que durante unas dos horas y media recorreríamos algunos de los lugares más turísticos de la ciudad.
Esa plaza, punto neurálgico de la ciudad, y siempre muy animada, como ya comprobamos la noche anterior, cuenta con numerosos lugares de interés, como el cabildo de Salta, la Catedral de Salta, o el Museo de Arte Contemporáneo.
Con el tour recorrimos también otros lugares como la Iglesia San Francisco, el Convento San Bernardo, el Monumento a Güemes, y la Plaza Belgrano, donde finalizó la visita guiada. Un tour muy muy recomendable. Reserva tu free tour en Salta en este enlace; ¡es gratis!
De ahí fuimos a comer a un lugar que nos recomendó el guía llamado Casa de Oro (Calle General Güemes 236), y que una vez probado, nosotros también recomendamos, ya que comimos las mejores empanadas de todo el viaje! Otros lugares que nos aconsejó el guía para probar las empanadas salteñas fueron Roque García o La Saltañería.
Tras reponer fuerzas continuamos la visita de la ciudad por nuestra cuenta. Regresamos a la zona donde se encontraba el Monumento a Güemes y desde ahí tomamos un taxi hasta la cima del Cerro de San Bernardo, situada a unos 300 metros de altura respecto a la ciudad. Para bajar de nuevo a la ciudad, lo hicimos en el teleférico, desde el cual teníamos unas vistas estupendas de toda la ciudad.
El resto de la tarde lo pasaríamos en las inmediaciones de la Plaza 9 de Julio, donde se concentran como ya dijimos antes numerosos monumentos. Con el paso de las horas, y al disminuir el calor la calle se llena de gente… estamos en febrero, los locales disfrutan de sus vacaciones de verano, y estamos además en vísperas de carnaval, por lo que el ambiente es estupendo!
Durante nuestra estancia en Salta, vimos muchísimas agencias que ofrecían innumerables excursiones por los alrededores de la ciudad, y la vecina provincia de Jujuy. Eran realmente interesantes, y días atrás ya nuestros parientes de Tucumán nos recomendaron que realizáramos algunas de ellas. Sin embargo, el calor y sobretodo el poco tiempo del que disponíamos hicieron que no saliéramos de la capital. Igualmente aquí os dejamos algunas de las visitas más destacadas:
- Excursión a Cafayate
- Excursión a Cachi
- Excursión a la Quebrada de Humahuaca
- Excursión a las Salinas Grandes y Travesía a las Nubes
Por la noche, nos fuimos a la Calle Balcarce, una zona de muchos restaurantes y bares. Allí cenamos en la Panadería del Chuña, un tipo de restaurante, conocidos también como «Peñas», en los que realizan shows de música, baile y folklore popular en vivo. Aunque el espectáculo se nos hizo algo repetitivo, entendemos que es algo típico de la zona y curioso de ver. En cuanto a las carnes que allí probamos, la verdad es que estaban bastante buenas, aunque el lugar era caro en comparación con otros restaurantes.
La peña que nos habían recomendado por su destacado espectáculo era la de «Balderrama», pero era lunes noche y estaba cerrada.
A la mañana siguiente tuvimos tiempo de pasear por el centro, donde habían numerosos puestecillos callejeros y mercadillos. Visitamos también algunos lugares que nos quedaron pendientes el día anterior, como la iglesia de San Juan Bautista de la Merced. Fueron nuestras últimas horas en Salta, ya que a mediodía tomaríamos un vuelo que nos llevaría a las cataratas de Iguazú. ¡Pero eso ya lo contamos en la siguiente entrada!