Ho Chi Minh City es la capital financiera de Vietnam, y con sus casi 10 millones de habitantes es la ciudad más poblada del país. Anteriormente llamada Saigón, debe su actual nombre al ex dirigente comunista Ho Chi Minh.
Nuestra estancia en HCMC ha sido bastante corta; apenas hemos pasado un día en la ciudad, del que medio lo dedicamos a hacer una excursión a las afueras. En esta excursión visitamos los túneles de Cu Chi, un conjunto de túneles que fueron construidos por los comunistas vietnamitas durante la guerra de Vietnam. Estos túneles fueron utilizados como escondites, rutas secretas, almacenes de comida y armas, e incluso como alojamiento. Algunos eran «túneles trampas» los cuales contaban con entrada pero no con salida, y servían para atrapar a los soldados americanos. Los soldados vietnamitas, además de ser mucho más menudos y menos numerosos que los americanos, contaban con menos recursos, así que tuvieron que tirar de ingenio para combatir contra ellos, construyendo innumerables trampas que el guía nos fue mostrando una a una.
 
Durante la excursión escuchábamos constantemente sonidos de armas, que en un principio no sabíamos de donde provenían, pero que le daban a la visita un toque más bélico 🙂 El sonido de los disparos provenía del mismo complejo de Cu Chi, y es que ahí se encuentra el único lugar de todo Vietnam donde actualmente se puede practicar tiro. Nosotros nos animamos y también dimos unos tiritos.
 
Por la tarde regresamos a HCMC y fuimos al museo de recuerdos de la guerra. En la entrada del museo hay varios tanques y aviones que fueron arrebatados a los americanos y que ahora los vietnamitas muestran con orgullo. Dentro del museo se pueden ver numerosos documentos y fotografías que muestran el horror vivido en Vietnam durante la guerra y las consecuencias que aún hoy día sufre el país; durante años Vietnam fue rociada por un herbicida conocido como agente naranja, y en la actualidad aún se dan casos de ciudadanos que 30 años después siguen naciendo con malformaciones debido al efecto de este tóxico.
Entre las fotografías expuestas es posible ver la famosa imagen de los niños desnudos huyendo de un bombardeo. La protagonista de esa foto, que entonces contaba con 9 años y que pasó 14 meses en un hospital recuperándose de las quemaduras sufridas, es hoy día embajadora de la Unesco y presidenta de una fundación de ayuda a los niños de las guerras.
 
Después paseamos por la zona del Palacio Presidencial y cenamos en un lugar cercano.
 
Al día siguiente nos embarcaríamos en una excursión de 2 días a lo largo del delta del río Mekong, por el cual ya habíamos navegado semanas atrás en la frontera entre Tailandia y Laos. Durante estos dos días, navegaríamos por el Delta del Mekong hacia el norte, finalizando el viaje en la ciudad de Phnom Penh, en Camboya.
 
El viaje fue un poco movido desde incluso antes de empezarlo. La noche anterior, a eso de las 11pm, nos dicen en el hotel que con la agencia con la que nos habían reservado el tour no podríamos ir finalmente, y que tendríamos que buscarnos nosotros algo por nuestra cuenta. Así que a la mañana siguiente a las 6am nos pusimos a buscar una agencia, ya que queríamos empezar la excursión ese mismo día. A diferencia de otras ciudades de Asia, HCMC no cuenta con demasiadas agencias destinadas a turistas, por lo que nos costó un poquito encontrar alguna. Finalmente dimos con una que nos ofrecía un itinerario que más o menos nos interesaba, pagamos, y nos dijeron que nos recogerían en el hotel en unos 20 minutos. Salimos corriendo y llegamos al hotel en pocos minutos, y nos quedamos en la recepción esperando con nuestras mochilas a ser recogidos. Tras un ratillo, llaman los de la agencia al hotel y nos dicen que el bus que nos tenía que recoger ya se ha ido, y que nos habían pasado a la excursión del próximo día. Nos veíamos otro día más en HCMC y por consiguiente uno menos en Camboya, algo con lo que no contábamos y con lo que no estábamos de acuerdo. Al final conseguimos que nos pusieran y pagaran un taxi hasta Cai Be, el lugar en donde debíamos embarcar en el Mekong, a unas dos horas de la ciudad, y ya si pudimos unirnos al guía y al resto del grupo.
 
En Cai Be navegamos a lo largo de su mercado flotante, donde la gente vendía sus productos desde las barcas. Cada barca vendía un producto: una barca por ejemplo era la encargada de vender cebollas, otra sandías… y así. Sus productos no estaban a la vista sino que estaban guardados en el interior. Para indicar lo que vendían, cada barco contaba con un palo o mástil del que colgaba una pieza del producto. El guía nos explicó esto y más cosas, como que en este mercado las compras son al por mayor; aquí no es posible comprar en pequeñas cantidades, los vendedores te ofrecerán sus productos por decenas e incluso cientos de kilos.
Después del mercado estuvimos en una pequeña fábrica en la que hacían caramelos con leche de coco, y unas palomitas con la piel del arroz. Nos mostraron como los hacían y nos dieron a probarlos. De ahí fuimos caminando a una granja de abejas, en la que pudimos probar la miel, antes de regresar al bote que nos llevaría río arriba hasta un restaurante en el que comimos oreja de elefante, que no es otra cosa que un pescado típico del Mekong que lleva ese nombre.
 
Después del almuerzo seguimos el camino utilizando para desplazarnos bicicletas, un barco y finalmente una furgoneta la cual nos llevaría hasta el pueblo de Chau Doc, uno de los últimos de Vietnam antes de llegar a la frontera. En el trayecto hasta aquí hicimos una parada en una granja de cocodrilos; había cientos de ellos! En Vietnam es bastante común la cría de cocodrilos, los cuales venden principalmente a China, en donde tanto su carne como su piel están son bastante codiciados.
 
Chau Doc sería la ciudad donde pasaríamos la noche, teníamos el alojamiento incluido en un hotel flotante en el mismo río Mekong! En principio cuando acordamos la excursión con la agencia esa mañana nos dijeron que pasaríamos la noche en la ciudad de Can Tho, desde donde podríamos visitar el mercado de Cai Rang, uno de los más importantes del Mekong, pero se ve que cambiaron de idea y acabamos haciendo noche a muy pocos km de la frontera y por consiguiente no pudimos visitar el famoso mercado.
 
Al día siguiente a primera hora fuimos a una de tantas granjas de peces que existen en el Mekong, visitamos un pequeño pueblo y a continuación cogimos el barco de nuevo con el que llegaríamos a Phnom Phen. Antes claro paramos en el puesto fronterizo donde pagamos el visado de entrada y nos sellaron los pasaportes… y ya estábamos en Camboya!!! Tras varias horas más navegando llegamos a su capital, Phnom Penh.
 
En Phnom Penh pasaríamos apenas un día, así que cogimos un tuk tuk que nos llevó por los sitios más importantes. Phnom Phen nos sorprendió gratamente con unos edificios bastante bien cuidados como el Palacio Real, y el Museo Nacional, mezclados con mercados y callejuelas en los que podíamos ver la auténtica vida local, con los camboyanos vendiendo y comprando todo tipo de insectos entre otras cosas.
 
Paseamos también por la zona del río, donde había mucha gente practicando deportes, y por la noche fuimos a cenar con Fran, un almeriense que lleva más de 3 años viviendo en Camboya y que nos explicó bastantes cositas del país además de darnos varios consejos. Con él cenamos unos filetitos de cerdo, unos berberechos que nos encantaron y un pescado del Mekong en un auténtico restaurante camboyano.
 
Tras la cena nos despedimos y nos fuimos a dormir pensando en los días de playa y relax que nos esperarían a partir de la mañana siguiente 🙂