Tras dos días de viaje en barco por el Mekong llegamos a Luang Prabang, tercera ciudad más grande de Laos y principal centro religioso, espiritual y turístico del país. Visitar Luang Prabang es muy interesante ya que cuenta con numerosas atracciones, entre las que destacan sus más de 50 templos, siendo la religión predominante el budismo. Por lo general, durante el día es muy común cruzarte con estos peculiares monjes vestidos con sus sábanas naranjas, andando arriba y abajo.
 
La tarde que llegamos dimos un breve paseo y nos fuimos a la cama pronto ya que al día siguiente tocaba madrugar… Y es que a las 5:30 ya estábamos en la calle! Queríamos ver uno de los ritos budistas más interesantes que ocurre cada mañana en Luang Prabang: El Morning Alms, o entrega de alimentos a los monjes. Este rito consiste en que los monjes de los diferentes templos de la ciudad después de sus oraciones se juntan en grupos y se disponen en fila india, por orden de edad y en riguroso silencio por la calle principal del pueblo, mientras que locales y turistas les dan comida en sus cestos. Nosotros le compramos a una mujer una cesta de arroz, el cual ya venía hervido, además de piezas de frutas y chocolatinas, y se las fuimos entregando a los monjes conforme iban pasando.
 
Una vez acabada la ceremonia de las limosnas, y ya que todavía era muy temprano, nos fuimos de nuevo a dormir un par de horitas!! Cuando despertamos aprovechamos para dar una vuelta por el centro, y visitar algunos de los puntos más interesantes de la ciudad, como el Museo Nacional, que antiguamente había sido el Palacio Real. Subimos al monte sagrado Phousi , con vistas a toda la localidad, y en bici visitamos varios templos de la ciudad, en los que podíamos ver a numerosos monjes por los patios haciendo sus tareas diarias. Además, dimos un paseo por los alrededores del río Khan, un río que justo desemboca en el Mekong, y que es atravesado por varios puentes de bambú a través de los cuales puedes llegar a la otra parte de la ciudad.
 
La tarde la acabamos en uno de los bares junto a la orilla del Mekong, desde donde pudimos ver el bonito atardecer.
Ya por la noche, nos decidimos a probar la comida local en uno de los puestecillos de comida callejera. En concreto en Luang Prabang hay una calle en la que ofrecen bufets de comida vegetariana por 10.000kips (algo menos de 1 euro), pudiendo llenar tu plato cuantas veces quieras de diferentes tipos de pasta, arroz, verduras y frutas. Además, por otros 10.000 kips podías añadir piezas de carnes o pescados a la brasa que te los hacían al momento, todo un chollo, y muy bueno!
 
Después de cenar fuimos a un bar en el que nos encontramos prácticamente con todos los que habían ido los dos días anteriores en el bote desde la frontera de Laos, incluidos los irlandeses y el americano. Después de tomar unas Beer Lao, terminamos juntos la noche en una bolera.
 
Al día siguiente fuimos a pasar el día a Tat Kuang Si, unas cascadas a unos 30 km de Luang Prabang, a las que llegamos en furgoneta. Allí almorzamos unos bocadillos y nos dimos un refrescante baño. Además, justo a la entrada de las cascadas existe un pequeño centro de rehabilitación de osos así que nos quedamos también un rato viéndolos.
 
De vuelta a Luang Prabang fuimos a cenar a una pizzería que habíamos visto recomendada en internet; se encuentra al otro lado del río, que hay que cruzar por uno de los puentes de bambú, y es básicamente una casa en la que tienen montado el restaurante en el jardín con un horno de leña; la carta son cinco pizzas jeje y el ambiente es genial! Tras la cena, regresamos al centro y pasamos las últimas horas en la ciudad paseando como no por el mercado nocturno, poniendo punto y final a nuestra estancia en esta bonita ciudad.